Jhon James Parra García, de 34 años, es el campesino que fue asesinado el pasado fin de semana en una finca de la vereda Berlín del municipio de Pijao (Quindío).

La Policía Nacional adelantó la investigación del caso desde las 8 a. m. del pasado domingo después de conocer, por medio de otro trabajador, acerca de la desaparición de 8 personas de la finca, en la cual había rastros de sangre en las paredes, piso, puertas y sillas. 

NUEVA CRÓNICA QUINDÍO, aliado de Pulzo, conoció que en la escena del crimen también había botellas de licor que daban indicios del consumo de bebidas alcohólicas desde la noche del pasado sábado.

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El ciudadano que avisó a la patrulla policial del cuadrante relató que llegó en la noche del sábado 1 de abril a la finca a descansar después de haber estado departiendo en un establecimiento comercial de la cordillera quindiana.

Vio que 6 personas consumían bebidas embriagantes y lo invitaron a beber, pero prefirió irse a dormir, al otro día advirtió la escena del crimen, pero no encontró al administrador de la finca, ni a la esposa, ni a los 2 hijos, ni a Parra García ni a las otras 3 personas.

La Policía Nacional llegó al lugar y solicitó la presencia de la Seccional de Investigación Criminal, Sijín, para la inspección técnica al lugar, y tras comprobar que las 8 personas involucradas en la fiesta no aparecían, iniciaron la investigación.

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En horas de la tarde el administrador de la finca envió un mensaje a los vecinos del predio manifestando que su esposa, sus hijos y los otros campesinos estaban bien, pero que no podía regresar a trabajar a este lugar porque había cometido un delito y que él había sufrido varias heridas.

Tras varias horas en la parte de atrás de la finca fue encontrado el cuerpo sin vida de Jhon James Parra García que estaba debajo de unas cobijas, ramas y tierra. 

Las autoridades concluyeron que el cadáver había sido cargado desde la casa de la finca hasta esta zona boscosa con el objetivo de desaparecerlo.

Las autoridades manejan como hipótesis que en la finca se presentó una riña con arma blanca. Un hecho de intolerancia, al parecer, motivado porque desde hacía 8 días, Parra García y su supuesto asesino tenían diferencias por un supuesto pago injusto del trabajo de siembra. Pero, además, al parecer, el día de los hechos, la esposa del administrador del predio había sido observada de una manera no amistosa por Parra García.